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Nos quieren en soledad, nos tienen en común
14 octubre, 2017 // 10:30 - 12:30
Una propuesta con la que queremos darle voz y, sobre todo, cuerpo a las movilizaciones vecinales en defensa del bien común, de la vida. Conocer las resistencias de las que visualizan la injusticia existente tras la ciudad capitalista. Conocer los anhelos de aquellas que luchan por colocar la vida y los derechos sociales de todas en el centro. Reflexionar sobre la solidaridad y el apoyo mutuo como herramientas frente a la represión de las que trabajan por la justicia social.
Partiremos de la realidad vivida en Coia, exportable a muchos barrios y periferias de otros territorios en los que las personas buscan el calor colectivo para seguir vivas.
¿Cómo nos reprimen?
En los barrios de la periferia, en nuestro caso Coia, la represión es algo que va más allá de la Ley Mordaza.
La violencia está en el germen de estos espacios pensados para servir a los poderes, en los que las vidas de sus habitantes apenas importan. Para conseguir unos mínimos que permitan la vida (alcantarillado, semáforos, escuelas, espacios verdes, empleo, ayudas sociales…) hay que pelear y arañárselos a los que no lo quieren permitir.
A veces su violencia se expresa denegando la RISGA (Renta de inclusión social de Galicia) o en el embargo de los escasos euros que entran en las cuentas bancarias. Otras toman forma de notificación en la que se nos informa de que la ayuda municipal para el alquiler ha sido denegada.
Es bien conocida la violencia policial en forma de acoso en las calles, cacheos… Policía que a veces demuestra su rabia sancionándonos por tocar la bocina del coche en una rotonda como gesto de apoyo a las compañeras.
A veces la represión se vuelve más dura y llegamos a las cárceles donde esta es aún más cruda.
En este contexto tratamos de orquestar dinámicas colectivas de apoyo que nos permitan sostenernos con un suelo cada vez más menguante.